martes, 8 de marzo de 2011

¿Qué es la cultura?


Desde estas páginas pretendo dar a conocer más ampliamente cuál es el concepto de cultura, donde muchas veces es confundido con el término histórico, tomando como referencia en todo caso la cultura de mi pueblo, la cultura quesadeña (aunque este artículo es totalmente prorrogable a cualquier otra). Así en un primer punto distinguimos entre historia, que sería todo nuestro legado monumental y arqueológico; desde las cuevas de arte rupestre (Patrimonio Mundial por la UNESCO), junto a la villa romana de Bruñel, pasando por el casco antiguo de nuestro pueblo.

El término cultura va mucho más allá, está en estrecha relación con las personas que día a día han desarrollado unas costumbres, unos ritos, una gastronomía o tal como lo definiera Tylor, “cultura (...) es ese todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la costumbre y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad”.

Por lo tanto nos encontramos ante elementos históricos y culturales, donde los primeros son fáciles de cuantificar, de describir por su edad cronológica, son de Quesada porque están ahí; ¿hasta qué punto podríamos decir que lo “culturalmente quesadeño” es único?. Sí, ya lo sé, estimado/a lector/a que las fiestas y tradiciones, por ejemplo, son propias de Quesada y eso no nos lo va a quitar nadie (tampoco lo pretendo) pero lo que trato de desarrollar a continuación es que las culturas de todos los pueblos de este planeta son muy similares, no podríamos hablar de una cultura genuina, únicamente varían en la forma, en su lugar geográfico... el fondo, es el mismo.

La cultura es aprendida

Es decir, la cultura se transmite de generación en generación; aquello que hacían nuestros padres nos lo han enseñado a nosotros, como es labrar el campo. Quesada por su tradición agrícola, o más bien olivarera ha sabido transmitir día a día, a saber cómo cuidar nuestros olivares desde formas más tradicionales hasta nuestros días donde la ingeniería ha avanzado hasta hacer un trabajo más fácil y productivo. Pero lo mismo ocurre con la gastronomía donde las recetas de gachas, migas, pisto, postres, no quedan anclados en el pasado y esas recetas cuyo origen parece ser árabe, permanece aún hoy día, quizá con los cambios y las necesidades que haya querido darle la historia desde su origen.

Desde un punto de vista más técnico, es lo que se conoce como enculturación, donde todas las personas comenzamos, a través de un proceso de aprendizaje consciente e inconsciente y de interacción con otros, a hacerse propia una tradición cultural.

La cultura es simbólica

Todos los pueblos tienen la capacidad de simbolizar y de este modo crear y mantener la cultura. Así es en la simbología donde reside toda la esencia de la cultura para los diferentes pueblos.

De entre el ciclo festivo de la nuestra cultura, cito la Traída de la Vírgen donde para los quesadeños supone un gran fervor en torno a la Virgen de Tíscar; sin embargo para un nativo de la Amazonia este acto supone una mera representación de una talla de imaginería. Pero igualmente ocurrirá con los rituales que pudiesen desarrollar tales tribus donde para nosotros quedaría en una serie de cantos...

La cultura somete a la naturaleza

La naturaleza se impone a la cultura. Las personas tenemos que comer, pero la cultura nos enseña qué, cuándo y cómo. Así en Quesada tenemos un ejemplo muy evidente en las gachas, un plato típico a base de harina; donde la cultura nos ha ido enseñando cuándo debemos comer, recordemos a nuestros abuelos y seguramente todavía se escuche en algunas casas, aquello de “no comer gachas cuando hubiese muerto para que no meta los pies en el caldo”, del cómo, solamente citar cuando se comen en la sartén con lo de “cuchará y paso atrás”.

Pero siguiendo en este apartado, merece la pena recordar que las personas además tenemos la necesidad de divertirnos, por lo que aparecen multitud de fiestas en nuestro pueblo. Esta vez solo quiero quedarme con las fiestas de agosto, donde este caluroso mes (en parte) no ha sido una barrera para impedir el divertimiento, con la Verbena del Jardín bailando al aire libre, es otra manifestación más de cómo la cultura se somete a la naturaleza.

La cultura lo abarca todo

De este modo, no solamente los graduados universitarios tienen cultura, sino toda la gente de a pié posee su propia cultura donde es vista con características no merecedoras de un estudio serio. Cosa que no es cierta si nos acercamos a los refranes populares o a las letras de las “Madrugás”:

Anda diciendo tu madre

que tienes un olivar,

el olivar que tú tienes

es que te quieres casar.

La cultura está pautada

La cultura no son costumbres y creencias fortuitas, sino sistemas pautados integrados. Las costumbres, instituciones, creencias y valores están interrelacionados, si uno cambia, los otros lo hacen también. Una muestra clara de cómo este sistema de cultura integrado acaba por girar en otra dirección es en el luto. Así a raíz de un cambio de valores, de miedos hacia la persona que ha fallecido da lugar a un desuso paulatino de esta tradición.

Son estos algunos de los puntos en los cuales se puede describir la cultura y a través de ellos nos podemos dar cuenta de que la cultura conlleva una simbología, unas costumbres, muchas interpretaciones que dependerán en gran medida de unos antepasados de unas formas aprehendidas que nunca serán desdeñables siempre y cuando contribuyan al desarrollo de las personas en todos sus campos.

Pero no podría finalizar esta exposición sobre lo que es cultura, sin referirme al etnocentrismo y relativismo cultural. Tranquilidad, estimado/a lector/a, verá a continuación como este tiempo de lectura no ha sido en vano... Y es que una de las metas hoy día de la antropología y de otras ciencias sociales es la de combatir el etnocentrismo, la tendencia a aplicar los propios valores culturales para juzgar el comportamiento y las creencias de personas criadas en otras culturas, cuando como hemos comprobado anteriormente, todas las culturas son muy similares en el fondo, variando únicamente en su exterior. En todas partes la gente piensa que las explicaciones, opiniones y costumbres que les resultan familiares son ciertas, correctas, adecuadas y por qué no, morales; viendo el comportamiento diferente como extraño o salvaje.

Lo opuesto al etnocentrismo es el relativismo cultural, donde una cultura particular no debe ser juzgada con los patrones de otra; también es cierto que ello nos podría llevar al extremo de pensar que las reglas éticas y morales de todas las culturas merecen igual respeto. Así no podemos comparar la Alemania nazi con nuestra cultura quesadeña. Por lo que en todo momento hay que respetar la diversidad humana pero sin ignorar los valores internacionales de justicia y moralidad.